viernes, septiembre 30, 2005

Mendigos en tu portal


Con frecuencia me cruzo mendigos en las calles de mi ciudad, y hay ocasiones en las que su presencia me hace reflexionar. Hace ya unos años que decidí que no iba a darles limosnas, porque las actitudes, comentarios o actuaciones de algunos de ellos no me gustaron, me hicieron sentirme utilizado, y decidí que ya no entraría más en su juego. Desgraciadamente para mi, su presencia no me es agradable, y me cuesta verlos como personas iguales a todos los demás, que tienen virtudes y defectos como todos.

He encontrado autenticos artistas de las palabras, que te abordan y con solo tres frases perfectamente estudiadas son capaces de tocar tu fibra sensible; o a gitanas que piden descaradamente a las que luego ves comiendose un helado “magnun” que tu no te has comprado, o rumanas que sacan partido de sus crios recien nacidos amamantandolos en publico para ablandar a los viandantes….

Finalmente decidí que yo no quería entrar en el juego, y que la mayoría de esa gente vive del cuento, de hacernos sentirnos culpables a los demás. Estoy convencido que con mi actitud pagan justos por pecadores, y que en alguna ocasión, habrá autenticos necesitados que precisarían de mi ayuda y que no la van recibir por mi dura actitud… y eso no me gusta y me hace pensar.

Mi pequeña obra de caridad personal la canalizo a traves de las instituciones religiosas de las Hermanitas de los Pobres, y del Refugio de Transeúntes que ellas gestionan, aquí en mi ciudad, porque los conozco, y creo que hacen una buena obra. Allí se que mi pequeñita ayuda es bien usada, y que llega a quienes realmente los necesitan, cosa que no tengo nada claro cuando haces caridad en la via publica.

Sin embargo, no puedo dejar de pensar en que cada vez tengo el corazón más duro, cuando esas personas ya no me llegan; y que la coraza que me pongo para protegerme de sus “artimañas” no me hace mejor persona, sino una persona menos humana y peor cristiano.

JM

2 comentarios:

Raist dijo...

Es el dilema, nuevamente: ser caritativo a riesgo de que te tomen el pelo, o no serlo y que algún necesitado se quede ain ayuda.

Lo mejor, como haces tú, dar la limosna a través de alguna organización que sepamos que hace una buena labor.

elmasmalo dijo...

Yo he llegado a hacer lo mismo, sé que pagan necesitados por "jetas", pero entre mis experiencias y las contadas, tomé esa decisión.