jueves, octubre 06, 2005

Un castillo escondido en Escocia


Ayer estaba en casa y recordaba alguno de los sitios paradisíacos en los que he estado y a los que me encantaría volver. Yo no soy de esos que piensa que todos los viajes son maravillosos, si a mi me dicen “muy bonito pero no volvería” es que no te ha gustado mucho. Los sitios que de verdad te enamoran son aquellos a los que volverías una y mil veces.

Yo encontré uno de esos sitios en Escocia, en la Isla de Skye, en una mansión señorial llamada Flodigarry Country House. Para llegar allí, hay que coger un ferry (o puente según desde donde vengas) que te lleva hasta el Sur de la isla, luego conducir hacia el Norte, por una carretera estrecha rodeada de ovejas de cara negra que pasan allí en libertad (donde se van a ir si es una isla). Atraviesas Portree, que es la ciudad más importante de la Isla, y donde se encuentra la única zona comercial, los bancos y las instalaciones sanitarias, educativas, etc….

Finalmente, cuando crees que se te acaba ya la carretera y que no estás llegando a ningún lugar, ves el pequeño cartel que anuncia que ya has llegado. Se trata de una gran casona de campo inglesa, situada en un remoto paraje, en medio de una gran pradera de pasto siempre verde, que acaba abruptamente en un acantilado sobre el Atlántico Norte. A su espalda, un par de hectáreas de un bosquecillo privado , en medio del cual se encuentra el parking, y que está lleno de ardillas y conejos, que se te quedan mirando interrogativamente cuando caminas con tus maletas hacia el Hotel.

Yo lo encontré de casualidad, lo había reservado desde España, antes de ir allá, porque me pareció que tenía muy buena pinta, y realmente acerté porque es uno de los recuerdos más bonitos de mi viaje a las Highlands.

Un gran salón con confortables sofás tapizados en cuero rojo, donde poder tomar tranquilamente un whisky escocés de las 40 variedades que ofrecen en el bar, o una de las cervezas locales de tipo “ale”, espesas, turbias y a temperatura ambiente. Todavía recuerdo el viejo camarero, que solícito nos preguntaba “Are you warm enough?” mientras echaba más carbón a la chimenea, en pleno mes de Agosto!!!

Un desayuno espectacular mientras desde tu mesa contemplas el agitado Atlántico Norte, con huevos fritos, tostadas, bacon escocés, arenques ahumados de Portree, salmón de las Highlands… memorable… creo que nunca he desayunado tan bien.

Un paseo por los prados de alrededor, mientras ves las aves marinas que te sobrevuelan, que te lleva hasta los enormes acantilados, donde un arroyo de montaña forma una pequeña cascada que cae directamente al mar. Una preciosa fotografía que no puedes dejar de tomar.

Un lugar que me dejó un gratísimo recuerdo, de bonitos paseos, increibles vistas y paz infinita, un lugar donde el reloj corre muy despacio y la vida va a un ritmo deliciosamente sosegado. El sitio perfecto para perderte con la mujer a la que quieres, y desde donde no acordarte del resto del mundo.

Si alguna vez me pierdo, buscadme aquí.
http://www.flodigarry.co.uk/

Si alguna vez teneis la oportunidad de ir, no lo dudeis, os encantará.

JM

3 comentarios:

Raist dijo...

Desde luego mira que hay sitios cojonudos por el mundo... y nosotros aquí, encerrados en la oficina para ganar 4 euros...

CHEMA RQ dijo...

que razon tienes.... hay rincones paradisiacos por el mundo.

Yo he encontrado dos, el otro os lo cuento otro dia.

JM

elmasmalo dijo...

Mira, a lo mejor este enfoque de tu blog lo haría más popular...
Me apunto ese sitio como uno a visitar cuando sea muchimillonario y deje de currar XDDDD