lunes, septiembre 11, 2006

Sarrio en Bielsa



Este pasado Jueves me fui a Bielsa a cazar un sarrio. Era la primera vez que tenia la oportunidad de cazar en la montaña, y me encantó. El rececho del sarrio es una modalidad de caza muy dura, exigente, y eso te hace valorar mucho el trofeo que consigues.

El Guarda del Parque me vino a recoger a las 7 de la mañana, de noche todavia, y a las 7.15 ya estabamos caminando, con rifle y mochila al hombro. Vimos amanecer entre las montañas, y con las primeras luces empezamos a buscar los sarrios en las laderas.

A las 8.45 encontramos el primer grupo de animales , que pastaban a unos 200 metros. El guarda me señaló una hembra y me dijo que disparase cuando quisiese. Tiro muy lejano, y los nervios de principio, hicieron que fallase. Los animales salieron disparados, y los vimos correr montaña arriba como flechas.

A eso de las 10 llegamos a otro circo, y el guarda veia animales en todas las laderas. Su vista experimentada le hacía ver animales donde yo solo veía piedras. Luego tras decirmelo, con los prismaticos podía verificar que efectivamente tenía razón, y que eran sarrios. El guarda seleccionó un grupo que pastaba al fondo del valle e iniciamos la aproximacion lentamente, para no delatarnos.

Llegamos hasta unas rocas donde podiamos ocultarnos, preparamos el rifle, y estimamos la distancia de disparo a unos 250 metros. El guarda me señaló una hembra que pastaba juntos a un choto grande del año pasado, y me dijo que le disparase a esa cuando estuviese listo. A esa distancia, el animal se veia muy, muy pequeño, pero fijé la cruz del visor sobre el costado del animal, apuntando detrás del codillo, no podía fallar, todo estaba bien…. Disparé y fallé. El animal salío corriendo montaña arriba, y yo volví a cargar, miré por el visor, y le murmuré al guarda. "la vuelvo a tener dentro del visor", y el me dice "pues en cuanto se pare, le vuelves a disparar".

El segundo tiro resuena por las paredes de granito del valle, y veo al sarrio que da un salto al recibir el disparo y que cae por la ladera de la montaña dando vueltas. "Felicidades, acabas de matar tu primer sarrio". Cargué de nuevo el arma por si acaso se levantaba, pero ya no hizo falta. Esperamos unos minutos, y despues iniciamos el complicado ascenso. Tuvimos que subir por donde unos minutos antes había escapado la cabra, y fue lo mas duro de la jornada. A gatas, por una pared casi vertical, llegamos al punto donde había quedado tendido el animal. Llevaba el disparo justo encima del hueso de la paletilla, y la muerte había sido instantanea.

La bajamos al valle, y procedimos a hacerle las mediciones, y a tomarles las muestras de sangre y bazo, para el estudio que hacen de los animales en la Facultad de Veterinaria de Zaragoza. Al final cogimos el trofeo e iniciamos el descenso hacia el pueblo.

Un gran dia de caza, para un inexperto, al que le ha encantado la dura modalidad de la caza a rececho.

JM

1 comentario:

Raist dijo...

Hay que afinar la puntería...